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viernes, 7 de febrero de 2014

El maravilloso cuento de Nuestro castillo



                           ¨LA VOZ DEL CASTILLO¨
¡Holaaaa! ¡Holaaaa! ¿Escucháis? Aquí niños, aquí. No miréis desconcertados hacia cualquier parte. Soy yo, vuestro castillo el que os habla. ¿ Por qué reis? ¿Acaso creéis que las piedras no podemos ser tan parlanchinas como vosotros?  Toda la vida de Fregenal discurre bajo mi atenta mirada. Me entero de vuestras vidas y también he aprendido a guardar  vuestros secretos. No olvidéis que estoy en el centro de la ciudad y, aunque hace siglos, que en contra de su voluntad, me abandonara el último templario, yo sigo montando guardia.
¿Sabéis  de cuando datan mis primeras referencias? Os contaré que eligieron muy bien donde asentarme, sobre esta  suave colina,  domino toda la población y ese paisaje,  que parece  hipnotizar desde aquí, y es el alma vuestra, frexnenses.  ¿Desde cuándo estoy aquí? Pues aunque de mi construcción  no se sabe nada exacto (y , yo todavía era muy pequeño para escribir mi historia),  me consideran de fundación templaría ,en cualquier caso , soy una fortaleza de considerables dimensiones. ¿No creéis? Conservo siete torres, y mi entrada principal,  se abre en un arco apuntado, con poderoso matacán bajo el que aún luce el escudo templario. Por esa puerta que hoy   habéis cruzado,  hace siglos que reyes, soldados, caballeros, guardias reales, tropas francesas, ya lo hicieron.
Fui encomendado a la Orden del Temple allá por el siglo XIII,  y si pegáis vuestros oídos a mis murallas, imaginaréis batallas que en verdad  existieron. Mis piedras os contaran, en silencio, la Historia de vuestro pueblo. Todas guardan leyendas de caballeros vestidos con manto blanco y una cruz latina en la espalda y en el pecho. Si acercáis vuestros oídos, escucharéis choques de espadas, y también los pasos de algún caballero  que no  quiso abandonar la ciudad ...

¿Os cuento un secreto? Yo escucho los pasos  de ese hombre, se llama Mateo,  pasea dia y noche por mis murallas, buscando tesoros, buscando otros tiempos…Y cuando suenan las campanas de Santa María,  y llega en las novenas de la Virgen, el olor del azahar y del incienso, sólo entonces se tranquiliza y reza. Es como si su espíritu no quisiera abandonarme nunca y así no se olvide la Historia de vuestro pueblo.
¿Habéis observado con detenimiento todas mis torres? Fijaos de nuevo en la que más destaca, es  la torre del Homenaje, donde se edificó un campanario con reloj a finales del siglo XVIII. Antes, ¡ay niños! Eran los halcones y sus vuelos, impacientes o ansiosos, alegres o agradecidos, con sus señales y reclamos marcaban el tiempo. Todavía hoy, si venís aquí una noche de luna llena, escuchareis sus silbidos…
También sufrí el olvido y abandono, el interés de los tiempos…
En mi patio de armas,  allá por 1783, construyeron una plaza de toros y desde entonces, muchas son las tardes que en estas murallas resuenan clarines  y timbales,  entre gritos y música,  vuelve a romperse mi silencio.
   Ya no era época de mercaderes callejeros y, en 1913  me construyeron también un mercado de abastos, ¡qué bullicio y algarabía  en los puestos aquellos!  
Ahora niños, ¿entendéis por qué tengo mi voz cansada?  Cuidadme, cuidadme mucho, sólo así convertiréis en rosas mis heridas del tiempo.
MARIBEL PEÑAS GIL    ENERO 2014

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